domingo, 20 de abril de 2008

Cazando Águilas

La guerra nos tomó por sorpresa, como a todos, pero nuestra unidad, el 472º Istrevitelnye Avia Polk, no iba a ser desplegada al frente, se mantendría en la custodia de los alrededores de Moscú. De hecho, nuestros aviones fueron inmediatamente transferidos a las unidades en el frente mientras nosotros recibíamos otros nuevos de fábrica.

Sin embargo, durante las últimas semanas de octubre nos habían ordenado incrementar nuestro entrenamiento en combate aéreo de una forma por demás extensa. Diariamente volábamos hasta tres horas en diversos ejercicios en los que nos enfrentábamos a todo tipo de aviones, incluyendo los entrenadores L-39.

El 9 de noviembre recibimos la orden de desplegarnos hacia Checoslovaquia, la base ya era un hervidero. Aviones de transporte habían llevado nuestros equipos de apoyo y personal hacia las bases de despliegue y algunos oficiales habían ido con ellos para revisar los aeródromos de despliegue avanzado recomendados por los checos. Mi escuadrón se desplegaría en los alrededores de Klatovy, llegando el día 11 y comenzando a operar dos días después.

Sin embargo no fue hasta el 15 de noviembre que tuvimos nuestras primeras acciones reales. Nuestros comandantes habían previsto que nuestro entrenamiento nos permitiese obtener mejores resultados en combate aéreo que la de otras unidades durante el principio de la guerra, y eso significaba poder abatir más F-15.

Mientras los combates proseguían comenzamos a realizar misiones ofensivas, atrayendo a los cazas enemigos hacia nosotros. El 19 de noviembre, dos días después de mi cumpleaños y mi misión número siete, obtuve mi primera victoria, cuando derribé un “Jaguar” británico. Dos días después fue el turno de dos “Alpha Jet”.

Hasta el momento nuestras salidas de caza habían sido sencillas, destruíamos algún avión pequeño o rompíamos un ataque, pero el 22 nos topamos con cazas F-4 alemanes y británicos, donde la cosa cambió. No fue hasta el 23 que nos topamos con enemigos soberbios como los F-15 americanos.

Cuando realizábamos las misiones de escolta de los aviones de ataque, usualmente nos movíamos en una fuerza de hasta 50 aviones. Nosotros estábamos por encima de los 10.000 pies, mientras que los de ataque iban pegado al piso. El día 23 decidimos cambiar la organización, los aviones de ataque irían a unos 3.000 pies, mientras que MiG-21 y MiG-23 lo harían en rasante. El resto de mi escuadrón de MiG-23ML volaría por encima, desde los 5.000 pies. La idea era emboscar a los cazas enemigos creyendo que atacaban a los aviones de asalto, mientras que la escolta picaba para cerrarle el paso ante cualquier intento de persecución de nuestros incursores, que ahora irían en rasante.

La maniobra fue un éxito, los cazas abajo fueron los primeros en ser interceptados por una fuerza enemiga que mezclaba F-4 alemanes, americanos y británicos, F-104G belgas y F-15 norteamericanos. Nuestros MiG-23ML se mostraban capaces de enfrentar con éxito a todos los aviones, aunque con el F-15 se necesitaba experiencia e inteligencia.

El combate a continuación fue gigantesco caos que desde tierra debe haber parecido una pelea de pájaros. Los habíamos tomado por sorpresa y comenzaron a sufrir graves bajas. Yo traté de encontrar una presa realmente valiosa, y eso fue la visión de un F-15 recuperándose de un ataque, exitoso lamentablemente, contra un MiG-21 checo.

Nunca creí que fuese a ser fácil, y no lo fue. El tremendo F-15 tenía una potencia enorme y si bien había perdido energía durante las maniobras contra el caza checo, aún le quedó resto para hacer un rizo y tratar de ponerse a mi seis.

Yo traté de hacerle difícil la tarea, aceleré y rompí cerrado hacia babor con un leve picado, hice un rizo tratando de ahora ponerme yo a sus seis. Sin embargo había trabado combate con mi numeral, el cual, a su vez, estaba disparando un misil R-23 contra otro F-15 que se encontraba delante.

El joven Yuri Ivechnko había logrado dañar a uno de los americanos con su misil, el F-15 había perdido las superficies móviles de su ala derecha y perdió energía. Yuri se quedó muy cerca de él para evitar que el otro F-15 que estaba a sus seis disparar, él sabía que yo le cubría. Sin embargo, el piloto del F-15 dañado cortó motores, puso el aerofreno e hizo una maniobra agresiva. Yuri de inmediato maniobró para esquivarle, pasó unos metros por encima mientras se volteaba, pero no evitó el choque.

El avión de Yuri recibió daños en el fuselaje, lo que le hizo perder mucha potencia y finalmente no pudo mantenerse en vuelo, obligándolo a eyectar. El F-15 perdió parte de uno de sus empenajes y su piloto se eyectó poco después del impacto. Estábamos 1 a 1.

El otro americano pasó por encima conmigo en su cola. Logró hacer un par de maniobras más, pero no pudo evitar que yo lograse mantenerme en posición de disparo a unos 2.000 metros. De inmediato adquirí el blanco el mi radar y disparé los dos misiles R-23 en rápida sucesión.

El primer misil falló por poco, pero explotó delante del americano que realizó una maniobra instintiva que hizo que el segundo misil estallara debajo del fuselaje, por poco no fue un impacto directo.

La explosión fue tan grande que una bola de fuego se apoderó de su motor derecho, el ala y empenaje izquierdo desaparecieron completamente. Al mismo tiempo, el americano se eyectaba y poco después pude verlo descendiendo en paracaídas.

Yo gritaba de alegría. ¡¡¡Habíamos abatido dos F-15 en una sola misión!!!!

Aún con dos misiles R-60 y el cañón, decidí envalentonarme para cazar algún otro avión enemigo. Mientras trataba de obtener una idea de la situación del combate, el control de tierra me avisa que tenía un enemigo en rumbo de colisión: Un F-4F alemán apareció súbitamente de frente, trepando y disparando su cañón hacia mí.

Rompí hacia la derecha e hice un giro para ponerme en posición de tiro, el alemán sabía lo que hacía y encaró para ponerse frente a mí, creyendo que no podría atacarle con mis misiles infrarrojos. Lo cierto es que lo hice, pero el primero falló estrepitosamente, pues cayó sin siquiera encender su motor cohete.

Nos trenzamos en un combate de alta velocidad a baja cota y logré mantenerme en su cola lo suficiente para disparar el segundo misil a muy corta distancia, pero también falló. De hecho tuve que activar el sistema de eyección de emergencia pues no había salido del soporte. Continúe el ataque el cañón, como en los viejos tiempos.

Hice una ráfaga cuando el alemán maniobraba, y si bien pude observar un impacto, zafó de esta. Pronto el controlador de interceptación me pidió una nueva revisión de combustible, estaba al límite. Como si el GCI hubiera sido un árbitro de boxeo, ambos aviones abandonamos el ataque al mismo tiempo. Retorné a la base, había sido una jornada maravillosa, derribamos tres F-15, dos F-4F, un F-4E, un F-4M y tres F-104G, perdimos siete aviones, tres de ellos MiG-23, pero los aviones de ataque habían alcanzado su blanco.

No hay comentarios: