martes, 14 de octubre de 2008

La primera victoria

Había pasado ya una semana desde aquel 1 de mayo en el que perdimos a Ardiles combatiendo contra los “Sea Harrier” británicos y el infructuoso encuentro de la sección “Fortín”. Sin embargo esto había calado hondo, varios oficiales comenzaron a investigar lo sucedido, incluyendo la pérdida de los dos Mirage IIIEA en aquella jornada.

Analizamos la situación y supusimos que uno de los puntos más críticos eran los misiles “Sidewinder”, sabíamos que eran muy superiores a los nuestros. Sin embargo el encargado israelí de poner en servicio el segundo lote de cazas “Dagger”, Shlomo Erez, nos dijo que el principal problema serían nuestras tácticas.

Hicimos una reunión con todos los oficiales y algunos pilotos en Tandil, junto con Erez y algunos pilotos de Mirage IIIEA. Discutimos sobre nuestras tácticas y armamento, realizamos un par de ejercicios y allí comenzaron a saltar nuestros errores. Shlomo y dos instructores hicieron de “agresores” contra Mirage IIIEA y “Dagger”, e incluso una sección de “Sabre” y otra de “Pucará” hizo lo mismo.

Para el 8 de mayo comenzamos un intenso curso para mejorar nuestras tácticas, Erez supervisó nuestras actividades, muchas veces volando con nosotros en los biplazas de forma de supervisar en vuelo nuestras acciones y hacer un repaso en tierra. El día 14 de mayo éramos nueve pilotos de “Dagger” u seis de Mirage IIIEA los que concluimos el “curso” y de inmediato nos despacharon hacia el Sur a bordo de un Fokker F-28. Una cosa que a todos nos llamó la atención fue el hecho de que Shlomo Erez siempre hizo hincapié en el uso de los cañones como arma principal en el combate cerrado, luego entendimos que eso nos convirtió en pilotos más agresivos.

El 16 de mayo, el I Escuadrón Aeromóvil “Avutardas Salvajes” fue directamente asignado a misiones de superioridad aérea, junto con los Mirage IIIEA del Grupo 8 de Defensa Aérea. Planificamos la primera operación sobre Malvinas y salimos dos escuadrillas, una de “Dagger” y otra de Mirage IIIEA, éstos a gran altura y nosotros a media altura, siempre por encima de la altura donde los ingleses tenían una ventaja con sus aviones.

Llegamos y el CIC Malvinas nos guió hacia una patrulla de “Sea Harrier” que merodeaba en las cercanías de Pradera de Ganso, pero cuando arribamos estos se estaban retirando. Patrullamos unos minutos más y luego regresamos al continente con gusto a poco. Durante la tarde se hizo una segunda misión, esta vez combinamos tres secciones de los dos Escuadrones Aeromóviles dotados de “Dagger”, con seis aeronaves.

Esta vez tuvimos más suerte y nos topamos con dos PAC británicas. En la planificación habíamos previsto que una sección haría de señuelo y las otras dos atacarían. El plan funcionó, los “Sea Harrier” se lanzaron al ataque y al mismo tiempo nosotros llegamos cerrando el cielo, en el combate que se libró a continuación perdimos un avión, aunque los británicos se retiraron cuando los ataques a gran velocidad de nuestros aviones y el disparo de nuestros misiles terminó por intimidarlos, sabiendo que estaban en desventaja. Con poco combustible, retornamos al continente, algo desmoralizados por haber perdido un avión en combate, cuyo piloto se eyectó, fue rescatado y se reincorporaría el 23 de mayo.

Siempre discutimos la situación después de una misión, pero esta vez fue más apasionada, estábamos determinados a derribar aviones británicos y eso no iba a cambiar. Mejoramos nuestras técnicas y documentamos la experiencia de cada uno.

El día 17 de mayo fue el turno de los Mirage IIIEA, cuatro aviones, que se cruzaron con los “Sea Harrier” sin mayores resultados. A la tarde nuevamente actuamos nosotros, pero luego de un breve combate sin resultados debimos replegarnos. El 18 realizamos patrullas en secciones de dos y cuatro aeronaves sin mayores resultados, al igual que la mañana del 19 de mayo, sin embargo durante la tarde previmos una acción combinada con dos Mirage IIIEA, la sección “Lanza” y cuatro “Dagger”, la sección “Facón”.

Si bien despegamos todos siguiendo un itinerario para reunirnos sobre las islas, los Mirage llegaron un poco antes y eso resultó ser extremadamente positivo, aunque lamentablemente uno de los “Dagger” comenzó a tener problemas y debió retornar. Los Mirage y Sea Harrier trabaron combate dos o tres minutos antes de nuestra llegada y todos estaban tan ocupados que si los CIC británicos le informaron de nuestra llegada, eso no se notó.

Cuando aparecimos, los Mirage solicitaron que le cubriéramos la retirada, algo que ya estaba en marcha. Uno de los pilotos ingleses estaba tratando de adquirir a “Facón 3” cuando fue atacado por “Facón 2” utilizando misiles, el inadecuado “Shafrir 2” erró el blanco y el segundo intento también fue infructuoso, permitiendo al piloto inglés derribar a “Facón 3” utilizando un “Sidewinder”.

Para entonces yo me encontraba siguiendo al otro “Sea Harrier” que ahora trepaba tratando de seguir a “Facón 2”. Disparé un misil pero falló en su adquisición, por lo que traté de acercarme aún más, iba muy rápido y prácticamente en picada hacia él desde sus siete en punto. La situación era de lo más extraña, con un “Sea Harrier” siendo seguido por un “Dagger”, que a su vez tenía otro “Sea Harrier” tratando de derribarle y yo detrás de este.

Después de la guerra nos enteramos que ambos pilotos pensaron que se trataba de sólo dos aviones con los que combatían una vez que los Mirage IIIEA se retiraron. Esto nos había puesto en ventaja.

Cuando disparé mi segundo misil escuché el grito “le dí! Le dí! Se tiene que caer”, y pude observar como las trazadoras se dirigían al primer “Sea Harrier” impactando en el ala y el fueselaje, “Facón 2” había logrado un ataque exitoso, aunque el británico rompió el ataque maniobrando como sólo los  “Harrier” saben hacerlo. La alegría no duró mucho, mi misil falló y el británico logró ponerse en posición de disparo contra “Facón 2”, pudiendo derribarle utilizando sus cañones de 30 mm. Pude observar la eyección del que había sido mi numeral, y me dirigí directo contra el inglés.

El CIC Malvinas ahora me indicaba que estaba en desventaja y debía retirarme del ataque, sin embargo ya casi lo tenía. En mi primer intento, el británico se “paró en el aire” prácticamente y tuve que bajar la velocidad, abrir aerofrenos y esquivarle. El avión enemigo rompió hacia su derecha entonces y quedé largo. Maldecía mi mala suerte, pues ahora debería volver a maniobrar sobre él.

El duelo se prolongó un minuto más, sabía que no debía darle distancia para que disparar su misil, más aún sabiendo que eran muy efectivos. Logré un nuevo ataque cruzando perpendicular y disparando los cañones, no logré nada, sin embargo pude observar que picaba, con lo cual querría llevarme hacia una altura que le era más propicia.

El CIC me informaba que el otro avión había abandonado el combate y pronto el otro comenzó a retirarse, yo iba con el combustible justo casi, pero hice un último intento. Desde gran altura comencé a picar y cuando lo tuve en el visor de tiro disparé dos ráfagas, ambas fallaron, pero la tercera la disparé prácticamente estabilizado y con el “Sea Harrier” en el centro del visor. Varios proyectiles dieron en su ala derecha, la cuarta ráfaga impactó en el fuselaje, estaba gritando como loco y volví a disparar otra ráfaga más y esta fue letal, pedazos del avión comenzaron a desprenderse y al cabo de unos segundos el piloto se eyecto.

- “Lo tiré, lo tiré, se eyectó!!! Vamos mierda… lo tiré!!!! Tiré al hijo de puta!!!! Y se va en paracaídas!!!!” - Gritaba como loco cuando el CIC Malvinas me preguntó por el combustible, al escuchar mis gritos se interrumpió y solicitó confirmación. Me pidió dos o tres veces confirmación del derribo, nadie podía creerlo, y yo tampoco. Logré calmarme, bajé la velocidad, comencé a trepar y temblaba como una hoja, caí en la cuenta que aún faltaba como una hora para tocar suelo firme. Revisé mi combustible, estaba justo al borde y de hecho no sabía si regresaría, así que continué volando a gran altura hasta el continente.

Al aterrizar todo era alegría, mis dos compañeros derribados se habían eyectado y desde Darwin habían confirmado el derribo del “Sea Harrier” e incluso habían capturado a su piloto y tenían alguno de los restos de la aeronave. Fue el primero de varios derribos de la Fuerza Aérea, que si bien no lograron cambiar el curso de la guerra, permitieron limpiar nuestro honor y elevar nuestra moral. 

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