miércoles, 26 de marzo de 2008

Bandits! Bandits! Bandits!

Era un vuelo normal de rutina sobre el Báltico, habíamos repostado en vuelo de un KC-135 sobre las costas alemanas y ahora continuábamos la patrulla.

Nuestro veterano F-4E “Phantom II” tenía ciertos vicios de vuelo propios de la edad, siempre volaba con la nariz unos dos grados por encima de lo normal, pero ya le habíamos agarrado la mano. El avión de mi punto, Jonny, tenía sus propios vicios, el más problemático estaba con los soportes para los “Sparrow”.

Habíamos recibido las órdenes de mantener la guardia sobre un vuelo de un “Atlantic” alemán que realizaba tareas de inteligencia. Desde el incidente en la frontera entre policías alemanes federales y comunistas las cosas estaban muy tensas, durante la mañana uno de los “Orion” había sido interceptado por cazas alemanes durante un vuelo de rutina, mientras que se habían registrado vuelos de cazas polacos, checos y soviéticos muy cerca de la frontera. Mientras volábamos pudimos frente a las costas polacas pudimos observar varios destellos, el radar indicaba la presencia de aviones en la zona. Cosa normal ya que esto parecía una avenida transitada.

Sin embargo lo alarmante llegó desde el AWACS:

— “Derby, Tree Tower, cinco bandidos a las 10 en punto, 15 millas, altitud 3K, tiene autorización para el disparo… Repito… Tiene autorización para el disparo…”

No podía creer lo que escuchábamos, Jhonny se contactó conmigo de inmediato mientras yo pedía que se me repitieran las órdenes. No había dudas, habíamos recibido la orden de interceptar y derribar a los aviones que se aproximaban.

Pronto una nueva orden nos fue transmitida:

— “Derby, Tree Tower, otros tres bandidos a la 1 en punto, 27 millas, altitud 6K, permiso para disparar… Repito… Permiso para disparar… Derby, Tree Tower, refuerzos en camino…”

Lanzamos los tanques suplementarios y pusimos rumbo al enemigo.

Jhonny informó que tenía al enemigo en el radar y que estaba listo para disparar. Jay, mi radarista, me dijo lo mismo: estábamos a unas 11 millas del primer contacto. Pronto aparecieron en la frecuencia cuatro pilotos alemanes y dos daneses que se dirigían a la zona.

A unas 9 millas solicité permiso para disparar nuevamente. Estaba sorprendido, apenas se me autorizó, el RWR comenzó a chillar: estábamos siendo iluminados.

Sin dudarlo ordené abrir fuego a la sección: Jay lanzó un “Sparrow” contra el primer blanco. Jhonny hizo lo propio, pero el misil no salió, así que disparó el segundo misil, que esta vez si cayó unos metros y prendió su cohete acelerador.

Al cabo de unos segundos pudimos observar la explosión, bastante distante. Después otra más. Ambos misiles habían dado en el blanco y ya teníamos contacto visual limitado.

La formación se componía de bombarderos Tu-22 con misiles antibuque, algo que supe después, y decidimos atacarlos con “Sparrow”. Disparamos sendos misiles contra los tres aviones restantes, uno de los míos falló, el de Jhonny no. Volví a disparar y el misil cayó inexplicablemente, así que cambié a “Sidewinder”. Para entonces Jhonny atacaba su tercer blanco con “Sparrow” y el pesado Tu-22 se desprendía de sus misiles y trataba de maniobrar.

En ese momento aparecieron tres MiG-21 alemanes. Abandoné el bombardero soviético y comencé a cubrir a Jhonny

Sin embargo la cosa no estaba bien: cazas soviéticos aparecieron en apoyo a los alemanes orientales y para entonces el Báltico se había convertido en un escenario aeronaval sin precedentes. Misiles SAM eran disparados desde los buques comunistas en las cercanías, en tanto que estábamos trabando combate contra todo tipo de cazas, MiG-21 alemanes y polacos, MiG-23 soviéticos… Los dos Tu-22 habían escapado por poco.

Trabé combate con uno de los alemanes, se movía endemoniadamente bien, se hacía imposible seguirle el juego al pequeño y brillante caza, pude observar que se trataba de un MiG-21PFM sin camuflaje.

Logré ponerme a su cola y disparar un AIM-9J contra él. El misil se dirigió rápidamente recorriendo los casi mil metros que nos separaban, estallando justo detrás de la tobera en el momento que iniciaba una maniobra brusca.

El daño había sido extenso, el piloto alemán se eyectó y decidí ir por otro, pero la cosa estaba peleada. Jay insistía en que revisara el combustible, mientras que me informaba de los lanzamientos de SAM desde diversas direcciones. Estábamos muy cerca de la costa y volábamos a unos 4.500 pies.

De pronto, Jhonny saltó a la frecuencia:

— “Derby Uno, Derby Dos… me largo, estoy con un solo motor…”

El anuncio me volvió a la realidad. Puse proa nuevamente hacia nuestra base una vez que ubiqué en dónde me encontraba. El combustible a duras penas alcanzaba para llegar y encima íbamos en rasante y esquivando SAM que aparecían de todos lados. Jhonny comenzó a perder altura rápidamente:

— “Derby Uno, Derby Dos, te quedas solo, nos volvemos nadando…”

Lo único que pude observar fue la eyección, primero Ron, el radarista, y luego Jhonny. El veterano F-4E continuó volando y lentamente comenzó a alabear hacia la derecha. Instantes después lo impactó un misil antiaéreo…

Ya más tranquilos comenzamos a elevarnos, el AWACS nos guió hasta que tuvimos contacto con un aeródromo danés que nos esperaba.

— “Derby Uno, Tree Tower… tienes dos bandidos a las 11 en punto, 9 millas, 3k… son tuyos…”

O no entendió mi situación, o era un imbécil. Sin embargo pudimos observarlos. Eran dos aviones Su-7BMK con insignias polacas. Nos acercamos rápidamente desde arriba y por atrás.

Llevaban cohetes en sus pilones subalares. Rápidamente disparé un “Winder” contra el punto: el misil le arrancó la cola y la parte delantera del fuselaje, incluyendo las alas, cayó dando vueltas. No vi eyección.

El segundo avión trató de maniobrar y lo seguí, pero Jay insistía:

— “Tommy, no quiero volver caminando… Déjalo, ¡¡¡¡no hay combustible!!!!”…

¡Por poco se me escapó!

Aterrizamos en Dinamarca poco más de una hora pasado el mediodía. La aproximación final a la pista prácticamente la hicimos planeando y con los motores fallando, ya sin combustible. Habíamos derribado un Tu-22, un MiG-21 y un Su-7 en una sola salida. Jhonny fue rescatado por un helicóptero danés. Había derribado tres bombarderos Tu-22 soviéticos y un MiG-21 alemán. No había tiempo para festejar, un oficial de enlace me informó que tan pronto como tuviera combustible debería partir hacia mi base. La Guerra Fría finalmente se había calentado. Los soviéticos atacaron Berlín y estaban avanzando hacia Alemania. En el Báltico, una isla danesa había sido asaltada y las fuerzas comunistas amenazaban con desembarcar en otras zonas.

Relatos de Ficción Militar

Este es un lugar donde encontrarán cuentos de ficción militar moderna, tal vez esto nunca pasó, lo cierto es que la totalidad de lo aquí escrito son fruto de la imaginación del narrador, basándose en lo que pudiera ser o podría haber sido... afortunadamente, serán solo cuentos.