domingo, 22 de junio de 2008

El último cazador

Mi primera misión durante la “Guerra de los Seis Días” no fue justamente parte de ella, sino más bien parte de los planes que se habían trazado con anterioridad para atacar objetivos estratégicos en Israel. Mi unidad, el 1º Escuadrón de la Real Fuerza Aérea Jordana, estaba equipada con doce cazas “Hunter” F.Mk.6 recibidos años antes. Nuestra unidad lucía con orgullo el derribo de ocho Mirage IIICJ enemigos, aunque los israelíes habían confirmado uno y más tarde se pondría en duda otros tres, aunque en realidad todos son confirmados por nuestras fuentes.

Tras los primeros ataques israelíes, despegamos directamente hacia nuestros objetivos, en una formación de cuatro aviones armados con bombas de 500 libras. Sin embargo algo estaba saliendo mal ese día, los ataques israelíes tenían una intensidad inusitada e incluso ya se estaban soportando los primeros asaltos terrestres contra nuestro territorio. Se nos ordenaron dos misiones de apoyo cercano ese mismo 5 de junio, sufriendo tres bajas en combate aéreo ese día, lo que fue una situación dura para nuestra unidad.

A la mañana siguiente se nos ordenó despegar rápidamente para interceptar un vuelo de cazas enemigos que se dirigían hacia nuestra base aérea. El primer vuelo estaba compuesto por mi avión y el del jefe de escuadrón, pero luego se unieron otros cuatro aviones, de hecho éramos todos los aviones que quedaban en servicio.

No sucedió nada de lo previsto y quedamos patrullando el cielo hasta que el sol brillaba ya bien fuerte en el cielo. Nuestros aviones llevaban cuatro tanques suplementarios lo que nos permitiría una prolongada patrulla aérea en caso de que los israelíes decidieran atacar nuestra base aérea. Los “Hunter” cortaban el cielo con su hermosa silueta, volando a unos 20.000 pies por encima de las nubes.

Es entonces cuando mi líder observa dos siluetas saliendo de la capa de nubes. Se trataba de dos Mirage IIICJ israelíes que venían hacia nosotros, más alto y al parecer no nos habían descubierto, pues lanzaron sus tanques subalares a unas dos millas delante nuestro y rompieron la formación justo por encima de nosotros, que ya habíamos lanzado los tanques momentos antes, apenas los vimos.

Me trencé con uno de los cazas judíos a gran altura, pero el veloz caza israelí siempre lograba tomar distancia y ponerse a mis seis, lo cual era una desagradable amenazaba. En la radio, el controlador de tierra informaba que algunas aeronaves israelíes se dirigían en vuelo bajo, y decidí romper el contacto con el Mirage y cruzar la capa de nubes, picando violentamente. El caza judío me siguió y cuando estuve entre las nubes volví a trepar. Cuando salí de las nubes el israelí no estaba más, pues habían aviones iraquíes que habían llegado en nuestro apoyo, por lo que decidí picar hacia los contactos reportados, donde seguro tenía una ventaja. Traté de ubicar a mi líder en la radio, el cual estaba trabando combate con un caza Super Mystère más abajo. Es entonces cuando pude observar a dos Mystère IVA camuflados volando en rasante y con rumbo a una de las bases aéreas cercanas.

Me dirigí hacia el más cercano hacia mí. Yo estaba picando desde sus siete en punto y quería atacarles por detrás. El primer caza israelí comenzó a hacerse grande en mi visor de tiro y cuando se encontraba a unos 700 metros comencé a disparar mis cuatro cañones de 30 mm. El piloto israelí se percató del ataque en ese momento, pero cuando decidió romper la formación mis proyectiles comenzaron a impactar en su ala izquierda y el fuselaje. Una segunda ráfaga lo remató, arrancó un ala completamente y el israelí se eyectó, salvando su vida por milagro. El avión comenzó a girar descontrolado dejando una larga lengua de humo negro y llamas, impactando en el suelo con una tremenda explosión.

En tanto, su compañero había lanzado todas sus cargas y había emprendido el escape. Sin embargo yo venía bastante rápido y con suficiente energía como para recuperarme del ataque y seguirlo. El israelí comenzó a maniobrar delante de mí tratando de escapar a mi acoso, en tanto que realizaba cerrados giros que me impedían la puntería. Para cuando quise acordar, nos encontrábamos combatiendo en un tirabuzón amplio que subía y bajaba continuamente, y donde mi avión comenzó a ganar terreno al caza enemigo. Pronto lo tuve en la mira y disparé una ráfaga corta, pero fallé, el ángulo no era el mejor y los proyectiles quedaron cortos.

Observé, entonces, el indicador de combustible, podía quedarme tranquilo por ello y volví a concentrarme en el combate. Estaba ansioso que el piloto israelí abandonara su maniobra y estabilizara el aparato, aunque sea para ganar velocidad, pero no fue así y el combate terminó cuando mi líder me ordenó retornar a la base, los Mirage enemigos nos ganaban en número y venían por nosotros.

Aborté el ataque y me dirigí a la base, pero nos ordenaron aterrizar en otro aeródromo pues el nuestro había estado bajo ataque esa mañana. Para el 6 de junio nuestra unidad había perdido tres aviones en combate aéreo y cuatro por los ataques contra la base, restando solo cinco aviones operativos. Lamentamos haber perdido dos de los dañados en un principio, pues simplemente requerían una reparación menor que los hubiese devuelto al combate, pero fueron destruidos.

Aterricé a mitad de mañana, algunos mecánicos se acercaron al avión para saludarme, el líder de escuadrón, Shurdom, con cuatro victorias, una confirmada, en su cuenta, festejó mi triunfo más que nadie. Nosotros esperábamos que repostasen nuestros aviones y nos devolvieran al combate, pero debimos esperar más de tres horas hasta que eso sucediera. Por mientras, la cinta de la fotoametralladora mostraba el éxito de mi primer ataque y lo difícil del segundo.

Durante la tarde se nos ordenó una salida de apoyo cercano a las tropas de tierra, la cual resultó un gran éxito, pues causamos graves bajas a los israelíes que estaban ya en territorio jordano. Al atardecer realizamos una segunda misión de apoyo cercano, igualmente exitosa.

El día 7 de junio nuestra unidad estaba prácticamente colapsada, con solo tres aviones disponibles, uno en reparaciones debido a daños en combate y otro en mantenimiento debido a que presentó novedades técnicas de importancia. Se nos ordenó despegar de inmediato con los aviones operativos para interceptar una incursión enemiga. Desde nuestra nueva locación teníamos al Golfo de Aqaba muy cerca.

Tratamos de interceptar a nuestro blanco, sin embargo no pudimos encontrarlos por ningún lado. Cuando estábamos cerca de Aqaba, observamos unos densos hongos de humo negro que se levantaban en la ciudad, de inmediato pensamos que se trataba del aeropuerto y allí nos dirigimos. Cuando arribamos vimos la magnitud del daño y la antiaérea propia nos disparaba como si fuéramos el enemigo.

Los bombarderos Voautur IIA israelíes habían puesto proa hacia el Golfo de Aqaba y pusimos proa a ellos. Pude observar a dos de ellos maniobrando en formación, tal era la tranquilidad de esos pilotos, y aceleré hacia a ellos antes de que pudiesen sobrevolar el mar, quería que sus restos quedaran en tierra jordana.

Sin embargo, cuando tenía al más atrasado en la línea de mira, un hilo de humo blanco pasó a unos cuantos metros de mi avión y se estrelló en el mar, segundos después mi líder me informaba que estábamos bajo ataque de Mirage israelíes. Guardé aerofrenos y aceleré al máximo, justo para ver que otro misil era disparado hacia mí desde mis cinco en punto.

Rompí violentamente hacia babor y comencé a trepar, pude observar como el israelí disparaba sus cañones contra mí. De inmediato comencé a picar para recuperar energía y poder trenzarme con el más rápido caza contrario. Si los dos misiles fueron disparados por el caza que me perseguía, estábamos en un duelo de cañones.

Cuando me recuperé, el veloz Mirage pasó delante de mí como un rayo, y de inmediato traté de seguirle. Increíblemente realizó una serie de maniobras que no solo lo dejaron a mis doce, sino que además le restaron potencia. Ahora el israelí estaba en mi terreno, y yo podía derribarle. En un momento comenzó a trepar acelerando, podía ver el fuego saliendo de su tobera, y disparé una ráfaga larga de cañón, pero fallé. Pronto el caza enemigo hizo un tonel y yo comencé a seguirlo, lo tenía a rango de tiro, pero no podía apuntar con precisión, otra ráfaga corta había fallado. Apenas nos recuperamos del tonel lo tenía frente a mí, a unos 250 metros, y abrí fuego. Pude ver los proyectiles penetrando el fuselaje y las alas, comenzó a salir humo negro y una pequeña explosión arrancó un ala y otros componentes.

Cuando me recuperaba pude observar que el otro Mirage se cruzaba delante de mí, un poco más arriba y a poco menos de una milla de distancia. De inmediato comencé una trepada, al mismo tiempo que observé a uno de mis compañeros persiguiéndole. El israelí ahora estaba en problemas, yo me dirigía hacia él desde sus cuatro en punto, y mi compañero lo tenía en su mira. Intentó una maniobra brusca para liberarse de mi compañero y rompió hacia mí, que aún estaba trepando y lo tenía justo en la mira. Apenas pude centrarlo comencé a disparar, y el Mirage estalló violentamente frente a mi avión, a unos quinientos metros, tan cerca que algunos restos impactaron en mi avión sin causar daños.

Pronto el líder informó que más Mirage estaban en la zona de operaciones, y nosotros estábamos demasiado lejos de casa para poder seguir combatiendo. Pusimos proa hacia nuestra base y minutos más tarde aterrizamos, fui recibido como un héroe, había derribado dos Mirage IIICJ en una sola misión, y lo mejor es que había vivido para contarlo. Pero esa sería nuestra última oportunidad, mientras nuestros aviones eran rearmados y repostados, un ataque israelí contra nuestra base causó terribles destrozos.

De los cinco “Hunter” sobrevivientes, dos habían sido destruidos completamente, de los tres restantes, el mío había sido duramente castigado y había perdido la cola por una explosión cercana, otro había recibido daños similares, mientras que el último tenía daños ligeros, pero nada ameritaba recuperarlo. La guerra para nosotros había terminado, sumábamos un buen número de victorias, pero habíamos perdido todos nuestros aviones.